La lluviosa noche, las pequeñas profecías y Marcela Viejo
- Secuencias mx
- 6 jul 2019
- 4 Min. de lectura
-Rubén Ortega-
La cantautora regia brindó una cátedra de grandes canciones en fusión con un gran espectáculo de luces, tensión y mensajes profundos el pasado 28 de junio

La temporada de lluvias altera a cualquiera en esta ciudad, hay tráfico, aglomeraciones tremendas, estrés y prisa. Todo eso ocurrió al llegar la noche del 28 de junio al Foro Indie Rocks. Minutos antes de las ocho comenzó a llover a cántaros, se rompieron las filas y las 20 personas que esperaban en la fila accedieron con premura y también con respeto.
El foro aún se encontraba un tanto desangelado cuando salió Andreu a tocar. Los que pudieron observar su show vaya que se emocionaron con la voz grave y la guitarra llena de efectos para comenzar a brindar calor. Se fueron luego de 25 minutos de humo. Poco ocurrió entre la euforia que dejó Andreu y las luces tenues que anunciaban la llegada de Micca Mont al escenario, ahora ya había más aforo.

Micca tomó por asalto la tarima, llegó con micrófono en mano y comenzó un show de matices a blanco y negro. Sonrisas y baile fueron los protagonistas durante su presentación, los sintetizadores le hacían juego y sus letras acompañaban de cerca a la atmósfera generada. Se despidió y nos acercó al momento de la noche, a la llegada de Marcela Viejo.
La noche era para conocerse con sus nuevos fans, me comentaba en una entrevista previa. Fue base suficiente para comprender que a pesar de su enorme recorrido antes de lanzarse al ruedo como solista, los seguidores que estaban ahí querían escuchar su nuevo trabajo. Las personas socializando a un costado mío se preguntaban entre sí desde cuando conocían su música. Algunos decían medio año, otros tres meses, pero las charlas eran más por las ansias que por cualquier otra cosa.

Entre unas líneas verticales, horizontales y una diagonal potente de luz salieron los músicos al escenario. Comenzaron acordes menores y una batería poderosa. Salió Marcela con velocidad, un vestido largo verde, un top azul marino y un pasamontañas que delataba sus brillosos ojos y su emoción. Antes de comenzar a cantar se recostó sobre el escenario y dejó las piernas hacia arriba, todos estaban confundidos.
Comenzó a cantar Ciudad flotante, un relato hecho canción al que era complicado seguirle el paso. A mitad de la canción se puso de pie y comenzó a desatar la letra como relámpago, su energía rompió la noche. Se quitó el pasamontañas, saludó y prosiguió con Déjame construir acompañada de Carmen Ruiz.
“Esta canción habla de lo cabrón que está ser mujer hoy día, muchos creen que está fácil” dijo Marcela para anunciar Cuerpo de mujer, le acompañaron Micca Mont, Carla Sariñana y Ale Moreno, las tres vestidas igual, haciendo algunos pasos sincronizados y turnándose para cantar una letra lenta, pero contundente. Continuó el show con Siempre hay alguien, a ritmo acelerado y jugando con el público la canción fue como un abrazo para todos los espectadores, una canción que genera ánimos y puso a bailar al Indie Rocks, que por fin estaba abarrotado.
Luego de interpretar una canción de Quiero Club, siguió tirando al aire las pequeñas profecías, sonó Furia y los cantos al unísono del público con la cantante hicieron palpitar a los músicos, que entre ellos se volteaban a ver sorprendidos por la fuerza de la noche. Por si hacían falta más voces Marcela invitó al Coro al Aire para cantar Órdenes para mí, sin duda alguna uno de los clímax de la noche. Si Marcela quería conocer a su público vaya que lo hizo, las miradas que la veían tenían emoción, algunas lágrimas y bailaban entre sudor y letra profundas.
Desde mi imaginación fue una canción que puso a bailar a todos, no saltar, no moverse por moverse, bailar en toda expresión. Con la voz y los pasos de Christian Jean, un ritmo pegajoso y una sonrisa que no se desdibujaba de Marcela, la canción sacó luces por sí sola. Abril en Madrid nos hizo volver a levantarnos en saltos, algunos empujones y miradas de emoción.

Pantano mexicano fue un momento más íntimo, a pesar de que nada visual ni música fue distinto, se podía sentir toda la fuerza crítica de la cantante, todo el discurso del disco se vio transparente al pasar de este tema.
Marcela gritó “¡A quién le quede el saco!” y comenzó Admítelo, sabíamos todos que la noche estaba por terminar, pero con otro tremendo discurso hecho canción el público pudo emocionarse nuevamente con una canción orgánica. Ya no había celulares grabando el concierto, todos miraban mientras Marcela Viejo nos decía “Acepta el protocolo”.
Casi sin parpadear comenzó Pequeñas profecías, el foro estaba hecho una fiesta. Las luces, la gente y el calor estaban enchufados. Si llovía afuera importaba poco, las profecías por fin nos alcanzaron. Cerró la noche con viejas canciones Marcela y todos se fueron en la noche obscura, inolvidable para muchos y sin duda la muestra del enorme talento discursivo, escénico y musical de una artista llena de experiencia y de historias que contar.
Marcela Viejo se presentará en el festival Panoramas próximamente y continuará relatando las pequeñas profecías por un buen rato.
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